jeudi 7 janvier 2016

La Balsa de la Medusa


El otro dia en el Louvre, me quedé mucho tiempo frente a la balsa de la Medusa, este sombrio y escalofriante cuadro de gran formato pintado por Gericault en 1819. Me sobrecogió escuchar como un hombre explicaba la historia de la obra a su hijo. Me recordó las palabras de mi mamá que era maestra : cada año, venia con su clase al Louvre y cada año explicaba la misma historia frente a la balsa de la Medusa. Con casi cuarenta años de diferencia, las palabras del hombre y las de mi mamá eran casi las mismas… Me dí cuenta que, frente a ese drama del naufrago, habia una tradición oral construida con preguntas atrayendo la atención, acercandose colectivamente a la tragedia para llegar al punto álgido de la esperanza minúscula.

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