mercredi 3 août 2016

R.Gori: «Frente al terror: dar motivos de esperanza y pensar el porvenir"


Despues de la entrevista publicada en Politis el jueves 21 de julio "Daesh nos impide ver que el mayor problema es político", continuo la traducción de las palabras del psicoanalista R.Gori porque me ayuda a pensar. Aquí va la entrevista publicada en L'Humanité de este miercoles 27 de julio.

Despues de Niza y del 14 de julio, de los ataques en los transportes y en un festival de música en Alemania, ahora ocurrió en la Iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, cerca de Rouen... ¿Usted como reacciona frente a esas dos últimas semanas del horror?

ROLAND GORI: Mi sentimiento, primero, es de tristeza y de aturdimiento. Aunque no estoy sorprendido. Estoy triste porque esa idea de personas degolladas durante un momento de recogimiento, de esperanza y de promesa es horrible y aterrador. Estoy aturdido porque hay un choque. Las palabras y todo lo que se pueda decir, estan muy por debajo de la emoción. Pero no estoy sorprendido, ya lo habia dicho y escrito. Esta forma de djihadismo, que finalmente es una guerra extrema contra Occidente en general, y contra Europa en particular, considerada como el vientre blando, hace parte de una estrategia teorizada por Abu Mussab Al Suri a finales del 2004. Convocó una especie de revolución mundial islamista de todas las poblaciones musulmanas contra las otras poblaciones. Es un llamado a la guerra civil al nivel mundial, una nueva estrategia que utiliza a los autóctonos para golpear y hacer caer los gobiernos liberales en Europa o más tiránicos en otros lugares, hasta gobiernos de otras orientaciones mulsumanas, por ejemplo de los chiitas o de los hermanos musulmanes. Esta estrategia se ha puesto en práctica desde hace más de diez años con algunos éxitos en la fábrica del terror.

¿En que consiste esta fábrica del terror?

Es el desafio lanzado a todos los gobiernos alrededor del planeta: una fábrica del terror que surge desde lo ordinario. El procurador Molins lo llamaba el "terrorismo de proximidad", yo hablaria más bien de algun tipo de "uberización" de las técnicas de destrucción, de aniquilamiento y de terror. Cualquier persona puede coger cualquier objeto transformandolo en arma de guerra. El horror puede surgir en cualquier punto del planeta y en cualquier momento de la existencia. En el paseo de los Ingleses durante los fuegos artificiales, en las terrazas de los bares, en los conciertos, en una iglesia, etc... Cualquier lugar banal puede convertirse en escena de tragedia. Es una manera de desestabilizar tanto a los ciudadanos como a los gobiernos. Segurizar las sinagogas, las iglesias, las mesquitas, las escuelas, los hospitales... Al final, ¡se va a segurizarlo todo! Y al mismo tiempo, nada puede estar totalmente asegurado porque el horror puede brotar en cualquier punto de la vida cotidiana. ¡Esto es el terror! El terror no es la misma cosa que un miedo que tiene una causa objetiva y que puede movilizar una preparación para enfrentarlo. Cuando uno coge su coche, puede tener una disposición psíquica de vigilancia y de preparación para enfrentar un peligro más o menos grande. Pero aquí, lo más desestabilizador es que una amenaza llega a cualquier momento del dia o de la noche, en cualquier lugar, por cualquier persona y con cualquier cosa. Hay que comprender bien la dimensión del desafio político general lanzado a la democracia en particular, el desafio lanzado a una sociedad de la mercancia y del espectáculo.

¿Estos atentados nos estan llevando en una agenda que ya no controlamos?

Bien vemos como los medios y los políticos estan acorralados en una estrategia de la emoción y de la reacción inmediata. Podemos preguntarnos hasta qué punto se está cayendo en la trampa tendida por Daesh. El presidente de la República, el primer ministro, el ministro del interior ¿porque van todos sobre las escenas de las tragedias? Yo no tengo respuestas ya hechas, pero debemos pensar bien, reflexionar sobre las respuestas políticas necesarias para enfrentar una situación de crisis absolutamente trágica. Esta "farandulación" del horror es el medio que tienen algunos individuos para recibir un reconocimiento social que no tenian antes. Estamos confrontados a una lógica de información calcada sobre la del mercado: la del nivel de audiencia. Habrá que molestarse a pensarlo para saber si dar publicidad al asesino es una buena medida.

En estos masacres, la religión es invocada por los grupos terroristas ¿Como comprender esta instrumentalización?

En mi libro "El individuo ingobernable", he llamado "teofascismos" esos grupos terroristas que quieren realizar una revolución conservadora internacional, con una minoria agitadora y sangrienta que no puede parar nadie. No tienen ninguna moral, ninguna sensibilidad. Al contrario, hacen el elogio de la crueldad y de su puesta en escena. Esto, ya lo habiamos conocido. Se llamaba fascismo. Cuando hablo de "teofascismos", no estoy aludiendo a unas formas particulares de endoctrinamiento sino haciendo referencia a estos movimientos revolucionarios conservadores que aparecen en el "claroscuro" de una crisis de civilización, la de la democracia liberal. Frente a una civilización materialista que se acoge a los valores del comercio, de la finanza, de la técnica, de la razón práctica, todos los olvidados del planeta buscan alternativas y más aún cuando las alternativas progresistas representadas por el comunismo, el socialismo y el humanismo tienen mucha dificultad a ser plebiscitadas por los pueblos. No hay un perfil único: en los brazos de Daesh, no van a parar únicamente poblaciones oprimidas o jóvenes de las periférias. ¡Unos convertidos salen tambien de las juventudes de la clase media! Sin embargo, se puede definir las condiciones de emergencia de este tipo de movimientos que recuerdan los movimientos nacionalistas, antisemitas y populistas de finales del siglo XIX y los partidos que se constituyeron entre las dos guerras mundiales. Claro que las comparaciones no siempre son válidas, pero se trata de una analogia. Que sea en los crímenes fascistas o nazis, los pogroms antisemitas o los crímenes de estas sectas sanguinarias, hay algo en común en los tres casos: corresponden a crisis de valores y prácticas liberales. No creo que tenga algo que ver con la religión. El recubrimiento religioso y la retórica lanzan un sentido, dan una dirección a esos masacres determinados por muchas cosas no necesariamente relacionadas con lo religioso o lo ideologico. De la misma manera que el nacionalismo no siempre es amor de la nación y de la patria, hoy el djihadismo no siempre es amor del islam.

El problema hoy, para los creyentes como para los que no lo son, es de encontrar juntos una respuesta progresista al terror... ¿Como hacer? 

Hemos ido tan lejos en el desencanto del mundo y la desacralización del universo, de los objetos y de los seres vivos del nuestro entorno, que nos encontramos ahora frente a la desnudez de una razón meramente instrumental. El terrorismo tambien cae en esta racionalidad instrumental ya que utiliza todo lo que se encuentra a su alcance y lo recoge todo para alimentar su combustible del terror. Pertenecen bien de la misma civilización, particularmente con esa lucidez feroz sobre la concepción del mundo actual: esa perdida del sentido de la existencia, de la meta y de los valores. La perdida del sentido moral y de la inteligencia crítica del mundo es de todas formas lo que alimenta tanto la guerra de todos contra todos en el mercado de la competitividad y de la flexilibilidad, lo que destruye las protecciones y favorece la emergencia de revolución conservadora, lo que en definitiva forma parte del mismo nicho cultural que la subida de las derechas extremas, los racismos, los nacionalismos, etc. Hemos perdido las razones de la esperanza. Sin embargo, a la juventud, hay que devolverle motivos de esperanza que solo pueden fundarse en una promesa y una confianza. Desde este punto de vista, la política está averiada. Yo creo que existe la necesidad de reinventar la democracia a través del humanismo, es decir con la promoción de valores que ponen lo humano en el centro de las maneras de gobernar. Montesquieu habia dicho que lo propio de las dictaduras y de las tiranias, era el gobierno por el terror. El peligro hoy es que las democracias multiplican las medidas securitarias y acaban perdiendo su espiritu de libertad y de confianza. Despues del pacto de estabilidad, hemos tenido el pacto de seguridad. Yo propongo hoy el pacto de humanidad. A esos monstruos de Daesh, del Frente Nacional, de las derechas extremas y de los racismos en Europa, son la visión neoliberal de lo humano, la lógica de la austeridad, la financiarisación generalizada de las actividades humanas quienes los han fabricado. Hay que ponerle punto final al neoliberalismo y establecer su partida de defunción porque es la causa de las desigualdades y de las divisiones.

¿Como responder a este desafio?

No hay respuestas únicas. Claro, hay que tranquilizar las poblaciones frente al carácter cada vez más sangriento. Lo familiar se vuelve más y más amenazante. Esta perdida de estabilidad interior puede conducir al peor desastre y a reacciones terribles de tipo racista o a estrategias autoritarias. No se puede subestimar la necesidad de protección y de seguridad de las poblaciones. Pero las medidas de vigilancia son insuficientes. Aplican un tratamiento al síntoma pero no curan la enfermedad. Lo repito: es en el claroscuro de la crisis del neoliberalismo que han nacido esos monstruos. Hay que considerar que la seguridad proviene tambien de lo ofrecido por nuestro entorno social, cultural, simbólico, material. Les doy un ejemplo: me parece terrible que el estado de emergencia haya sido prolongado al mismo momento en que estaba aprobada casi sin reacciones la ley El Khomri con el 49-3 . Con esta ley, han divido, producido un disenso en la opinión pública, creado una zanja entre el gobierno y la opinión pública. Es una medida de inseguridad. La seguridad, es tambien protección social, salud, educación, cultura, justicia, etc. Cuando oigo que la oposición aboga por el refuerzo de las medidas securitarias mientras que fueron ellos los que disminuyeron los efectivos de los funcionarios públicos, me parece obsceno. Eso hace parte, precisamente, de la sociedad del espectáculo y desacredita completamente la palabra política. Desde este punto de vista, es preciso que lo político rehabilite su palabra. Esto significa tomar decisiones, no confiar su decisión a unos indicadores cuantitativos de rendimiento económico y financiero o unos resultados de encuesta de opinión. Rehabilitar su palabra es tener la capacidad de pronunciar una palabra verdadera, auténtica, no solo hacer una declaración a responsabilidad limitada para los canales de televisión. Es dar razones para la esperanza, para pensar el porvenir. Camus decia: "Vivir sin porvenir, es vivir como unos perros contra los muros". Hay que restablecer "el lenguaje de la humanidad", parafraseando el escritor que hablaba de esa "eterna confianza que hace pensar a un humano que es posible sacar de otro humano unas relaciones de humanidad" a partir del momento en que se le habla "un lenguaje de humanidad". La cultura tiene una gran importancia, tambien el arte y todo lo que podemos considerar como una religión laica, porque forma un vinculo entre los humanos. Cuando no hay vinculos entre ellos, estan en un desierto. Se encuentran aislados, desesperados, a punto de caer en los brazos de cualquiera para encontrar una identificación. Estar juntos quiere decir que estamos a salvo. Podemos encontrarnos con un loco que nos dispara, un fanático supuestamente religioso que se hace explotar, pero la presencia del otro nos tranquiliza sobre la manera de estar en el mundo. Desde este punto de vista, tenemos que revisar toda la manera de gobernar los humanos. En Europa, es necesario que operemos lo que Stefan Zweig llamaba "una desintoxicación", que replanteemos Europa, no a partir de un dispositivo para hacer negocios, pero como un lugar de historia, de cultura compartida, para construir una "fraternidad europea" como decia Victor Hugo en 1948. Sola una fraternida europea podrá enfrentar el desafio de la modernidad.

¿Algunos vuelven a sacar lo del "choque de civilizaciones" y quieren embarcarnos en una guerra de religión?

Quiero recordar aquí la frase extraordinaria de Sebastián Castellion citada por Zweig. Hago esta referencia para decir que no se trata solo de Daesh. Puede haber unos grupos audaces que se reclaman de una doctrina o de un dogma para imponer el terror sobre una ciudad o un país, y hoy en todo el mundo. Zweig retoma a Castellion, ese protestante opuesto a Calvino despues del asesinato de Michel: "Matar a un hombre no será nunca defender a una doctrina, será siempre matar a un hombre". Lo que se produce hoy, no son guerras de religión o de civilización. Estamos enfrentados a algo que tiene que ver con el homicidio y esos homicidios estan estrechamente ligados a las pasiones nihilistas de una época que se olvidó precisamente de los grandes valores del humanismo, valores del humanismo que no son propios de Occidente sino que son compartidos por muchas culturas y civilizaciones.

Traducción: C.Marchais
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